Desde el punto de vista turístico, la ciudad ha sabido guardar lo verdaderamente importante de su corta historia y desechar lo desagradable para los berlineses, dejando solo mensajes sutiles en forma de monumentos modernistas para recordar la parte más cruel de su existencia, como el Monumento al Holocausto.
Comenzamos nuestra ruta desde la Alexanderplatz. La “Alex”, como la llaman los berlineses, es la plaza urbana más grande del país y el punto de encuentro de muchos de ellos. La torre de televisión más alta de la Unión Europea o el permanentemente activo reloj mundial se levantan sobre la plaza, rodeada de imponentes edificios que en sus bajos se llenan de locales comerciales y financieros de todo tipo además de numerosos restaurantes. Desde la céntrica Alex podremos movernos a cualquier punto de la ciudad en bus, tranvía o metro.
Seguimos visitando puntos de encuentro y partida, por lo que no podemos dejar de ver Postdamer Platz. Esta plaza, debido a sus estaciones de transporte público, llegó a ser el cruce con más tránsito de Europa y para recordarlo siguen conservando el primer semáforo del continente que comenzó a funcionar justo allí. En ella se celebra el famoso festival de cine de Berlín, más conocido como la Berlinale, que llega hasta el majestuoso y moderno Sony Center, obra del arquitecto Helmut Jahn. En este edificio podréis encontrar restaurantes de todo tipo, cines, tiendas con los últimos avances en tecnología y electrónica y el museo de la Berlinale. Recomiendo que la visitéis de noche y os relajéis sentados al borde de su enorme fuente y observando cómo su moderna cúpula cambia de color.
A la mañana siguiente nos levantamos y vamos hasta la monumental Puerta de Brandemburgo, única puerta que se conserva de la ciudad y que constituyó la separación de Berlín entre oriente y occidente. Desde allí, comienza en el suelo una hilera de adoquines que simbolizan la línea por donde se levantaba su famoso muro.
Atravesamos esta puerta para llegar al Reichstag, parlamento de Alemania, que como la mayoría de edificios de la ciudad fueron destruidos durante la segunda guerra mundial y reconstruido posteriormente. La última reconstrucción la realizó el aclamado arquitecto Sir Norman Foster, levantando sobre él la maravillosa cúpula acristalada que lo preside.
Seguimos caminando por Unter den Linden, principal bulevar de la ciudad, en el que se encuentra el maravilloso edificio de la opera y por el cual, siguiendo en dirección este, llegaremos hasta el puente del castillo que sirve de unión con la Isla de los Museos. La isla, rodeada por el rio Spree, alberga numerosos museos de renombre internacional.
Muchos berlineses opinan que Gendarmenmarkt es uno de los lugares más bellos de Alemania, e incluso de toda Europa. Sea como fuere, es un lugar de visita obligada. El conjunto de la catedral alemana y francesa, junto con la Sala de conciertos constituyen un ejemplo fantástico de armonía arquitectónica.
Si hablamos de avenidas importantes en Berlín debemos hablar de Friedrichstraße, es una de las principales arterias de la ciudad y en ella se encuentra el emblemático "Checkpoint Charlie", que es una reproducción de un puesto fronterizo entre las dos alemanias. En esta avenida se encuentran además numerosas tiendas, restaurantes, cafeterías, oficinas y galerías como la conocida Lafayette.
La Karl-Marx-Allee era la calle más conocida de la RDA. Entre la plaza Strausberger Platz y la puerta Frankfurter Tor se encuentran numerosos bloques de viviendas construidos al estilo socialista de los años 50, también conocido como "palacios para obreros al estilo pastelero". En el Cine internacional, en el número 33 de la Karl-Marx-Allee, se ha conservado la atmósfera de Berlín del Este. El edificio situado junto al cine, declarado monumento nacional, alberga bajo su cúpula de cristal una biblioteca pública y salones de actos.
Los Patios del Arrabal en Spandau, son posiblemente los lugares con más encanto de la ciudad. Paseando por el barrio, irás encontrando las entradas a estos pintorescos patios y te puedes encontrar desde elegantes galerías comerciales hasta edificios okupas llenos de pintadas y mensajes de rechazo a los turistas. No dejes de subir a los pisos interiores donde puedes encontrar librerías y galerías de arte de lo más rompedoras.
En la ribera del Spree en Friedrichshain, a lo largo de 1316 metros, se extiende el trozo de Muro más largo aún en pie. Tras la caída del Muro, la East-Side-Gallery fue decorada por 118 artistas provenientes de 21 países. Estos artistas comentaron, con sus más de cien cuadros por el antiguo lado oriental del muro, mediante diferentes medios artísticos, los cambios políticos del año 1989/90. A lo largo de los años, muchas pinturas de la East Side Gallery sufrieron un serio desgaste, por lo que en 2009 se restauraron las 40 pinturas más dañadas. Es a día de hoy la galería de arte al aire libre más grande del mundo.
Debemos destacar que Berlín es una de las ciudades más de moda en lo que ha vida nocturna se refiere. A lo largo del río desde la East-Side-Gallery, encontraremos numerosas terrazas con chiringuitos y hamacas para empezar la ruta de marcha. Desde allí llegamos a las discotecas más animadas de la ciudad, donde guardaremos colas interminables para acceder a ellas y disfrutar de la música electrónica más vanguardista del mundo.
Sin duda Berlín es uno de los destinos turísticos más apasionantes del viejo continente y una ciudad que te marcará de por vida.
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