Hay personas que destacan en su profesión, dejando una huella imborrable. En el fútbol la superestrella, el ídolo de masas… está a la orden del día. Sin embargo hay veces que jugadores del balompié destacan en otros terrenos aparte del futbolístico, no siendo común ni mucho menos cuando es por una vida crápula, vividora y desinhibida. Es el caso de este personaje, un autentico Pop idol, una persona metida de lleno en la vorágine de los 60 cuando su profesión le exigía quedarse paradito; un jugador denominado el quinto beatle por su absoluta relación con la lifestyle que los 4 de Liverpool habían creado, un caso aparte en el futbol y en la vida.
George Best se codeó con lo más granado de la cultura musical de la época, acudía a fiestas, concedía entrevistas locas de atar, y siguió permanentemente montado en el Magic Mistery Tour toda su vida; su actitud frente al mundo era la de una autentica superstar del Pop.
Mujeriego, alcohólico, escarceos con las drogas… todo haría pensar que no fue un gran deportista, pues si lo era, uno de los mejores jugadores de toda la historia, Balón de Oro, y millones de imágenes en la retina colectiva lo atestiguan. Pura bomba periodística cada vez que un profesional de la información se le acercaba, el señor Best soltaba algunas frases que son absolutamente definitorias de su carácter y personalidad.
"Si hubiese nacido feo, no habríais oído hablar de Pelé"
"He dejado de beber, pero sólo cuando duermo".
"En 1969 dejé las mujeres y el alcohol. Fueron los peores veinte minutos de mi vida".
"Me gasté la mayor parte de mi fortuna en mujeres, alcohol y coches deportivos. El resto lo desperdicié".
Son algunas perlas de este chico que llegó a ser, como su mismo apellido indica el mejor del mundo dentro de los terrenos de juego; fuera del futbol, genio y figura.
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