viernes, 29 de julio de 2011

Analizando a los hermanos Coen, cap. 1: Valor de ley









































El último film de los Coen no es un remake de la cinta de 1969 protagonizada por el mítico John Wayne. Los hermanos lo han repetido varias veces desde que iniciaron el proyecto. Y aun así, ‘Valor de ley’ (‘True Grit’), sigue vendiéndose como el remake de la película homónima dirigida por Henry Hathaway. En realidad, el nexo de unión de ambos films es una novela de 1968 escrita por Charles Portis, un clásico de la literatura norteamericana. En ella se narra la asombrosa historia de una chica de catorce años que no está dispuesta a, como se dice en la cita justo después de la aparición del título, dejar que los malos se escapen, simplemente porque nadie los persigue. Tom Chaney mató a su padre a sangre fría, y ella piensa pagarle con la misma moneda.

Las grandes historias nunca mueren, y si además tienen lugar en ese implacable escenario de horizontes infinitos y almas solitarias que es el lejano Oeste, mucho menos. Los hermanos Coen, esa extraña pareja de realizadores que han hecho de la singularidad de su cine su particular marca de identidad, recobran el más puro espíritu del western norteamericano. 

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