Acaba de finalizar en nuestro país la segunda temporada de Juego de Tronos, otra superserie para la televisión de la cadena americana HBO, la mejor creadora de seríes de la historia de la televisión con titulos como Boardwalk Empire, Los Soprano o la que nos ocupa en esta entradas entre otras muchas. En España tenemos su productora gemela para seríes nacionales que no desmerece su mención ya que casi mejora la calidad de la americana, ¿sabéis de que hablo ya?, pues si, has acertado, hablo de Antena 3 (¡Ay señor,señor!, Menudo es mi padre, Física o Química, Con el culo al aire...) son algunos de los títulos de esta señora cadena y lo peor de todo es que son rentables. No me quiero desviar más del tema porque las seríes españolas se merecen un apartado solo para ellas.
Juego de Tronos es la adaptación que la HBO hace para la televisión en forma de serie de la saga de novelas de George R. R. Martin, Canción de Hielo y Fuego. La trama transcurre en un continente ficticio llamado Poniente donde las diferentes familias nobles libran sangrientas batallas para conseguir hacerse con el Trono de Hierro. Amor, lucha, traición, muerte y fantasía son los pilares en los que se sostiene el guión de esta mágnifica historia que visual e intelectualmente hace las delicias del espectador gracias a un reparto de lujo y una dirección sublime a lo que hay que añadir las localizaciones, el decorado y el vestuario que te transportan directamente a ese mundo ficticio creado por Martin en sus novelas.
La primera temporada me encantó y la segunda todavía más ahora que la he terminado de ver. Más personajes y más acción que me hacen esperar con impaciencia desde que salieron los créditos del capítulo 10, el estreno de la tercera. Por cierto, si alguién se entera del presupuesto utilizado para el capítulo 9 de la segunda temporada que me lo diga, porque estoy seguro que puede ser uno de los más caros de la historia de la televisión.
No os la podéis perder, hacedme caso.
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