miércoles, 4 de julio de 2012

Diez razones para odiar la Comic Sans

Al parecer, unos científicos han hecho un gran descubrimiento y para presentarlo han creado un PowerPoint usando la susodicha tipografía. Y es que manda un par de huevos. Bien está que la utilicen las niñas de nueve años para sus trabajos del cole porque son niñas y no tienen conocimiento (mi hija jamás la utilizará) pero que la usen superdotados de la Nasa...

Bueno, con todo este embrollo Twitter está que arde (y de verdad que no es para menos). Si no en tiendes por qué tanto revuelo por una tipografía (o ni siquiera conoces el significado de esa palabra) lee el siguiente texto y nunca volverás a utilizar la Comic Sans en tu vida, ni siquiera para las reuniones de vecinos de tu bloque.

1. El origen del mal: la Comic Sans fue creada en 1994 por Vincent Connare, un diseñador gráfico al que Microsoft contrató para esbozar una fuente infantil que formase parte de su infausta aplicación Microsoft Bob. Este intento por crear una interfaz amable y cool (la concepción de lo cool que existía a mediados de los noventa, al menos) fue incluido muy arriba en la lista de los peores 25 productos informáticos de la revista PC World y, por utilizar un eufemismo amable, no fue bien recibido entre los usuarios.

2. Connare se inspiró en la tipografía de los tebeos que tenía por su oficina (entre ellos, 'Watchmen') para realizar un trabajo que no debía aplicarse fuera de Microsoft Bob. Cuando se enteró de que Microsoft no llegó a tiempo para incluirla en esa interfaz, no lo lamentó demasiado. Y al descubrir que la compañía decidió incluirla en su paquete de fuentes preinstaladas de Windows 95, se puso comprensiblemente furioso. La Comic Sans, un encargo pensado exclusivamente para los hipotéticos usuarios infantiles de Microsoft Bob, había salido al mundo. La Caja de Pandora se había abierto.

3. Dejemos claros algunos conceptos básicos. Es evidente que la Comic Sans está diseñada para textos breves, de no más de cinco líneas, como los que se incluyen en los bocadillos de un cómic. Por tanto, nadie en su sano juicio se debería plantear escribir un documento entero con esta tipografía. Pero se ha hecho. Que le pregunten a Will Wright, creador de Los Sims, si se ha hecho.

4. Más conceptos básicos: la Comic Sans no está pensada para ser tomada en serio. Es, de hecho, una fuente humorística. Imagínate una carta de despido escrita en esa tipografía: hay razones mucho menos justificables para llevarte una Uzi a la oficina. Sin embargo, algunos profesionales defienden el uso de la Comic Sans porque sus clientes parecen amarla. Es informal, es divertida, es relajante, es inofensiva. Como excusa, la de "a los clientes les encanta" está empatada con "yo sólo cumplía órdenes, señores del jurado de Nuremberg" o "te juro, padre, que ya estaba embarazada cuando la conocí".

5. Nunca, en ningún caso hipotético, nadie en Microsoft imaginó que la Comic Sans se debía imprimir. Es una fuente para páginas web, para el MS Paint (de hecho, es el equivalente tipográfico al MS Paint), para spam, para tarjetas de felicitación virtuales a tu sobrino de cinco años. Usarla fuera de esos contextos es poco profesional. Cuando no directamente incorrecto.

6. En 1999, Dave and Holly Crumbs, una pareja de diseñadores gráficos de Indianápolis, se hartaron tanto de ver textos profesionales escritos en la tipografía del infierno que crearon el movimiento Ban Comic Sans. La web también nacía de un trauma personal: los Crumbs fueron obligados a usar la fuente para el folleto de una exhibición de arte infantil. El objetivo del proyecto no era tanto hacer escarnio de la Comic Sans como concienciar al usuario no profesional de que la tipografía que uno decide utilizar tiene un impacto en el público.

7. El movimiento Ban Comic Sans no tuvo el efecto deseado: miles de amateurs (y de científicos europeos, al parecer) siguen utilizando esa tipografía cuando quieren lanzar mensajes de la manera más buenrrollista posible. ¿Explicarle las particularidades del Bosón de Higgs al público medio parece una tarea ardua? ¡Utilicemos una fuente simpática y todo será mucho más sencillo! Este grupo de Flickr recopila algunos de los usos menos apropiados que se conocen. Advertencia: puede provocar puñetazos de ira homicida en tu mesa.

8. A lo largo de los últimos años, la Comic Sans ha servido para trazar una línea (un tanto elitista) entre un sector de la población obsesionado por el buen gusto y un sector de la población que, simplemente, piensa que esta fuente tan divertida (y una de las primeras que salen en la lista alfabética de Word o PowerPoint) es genial para escribir los horarios de la piscina. En otras palabras: hay una guerra invisible entre los hipsters y el resto de la sociedad, y la Comic Sans es el principal caballo de batalla. En 2007, Gary Hustwit dedicó todo un documental a explicar por qué la Helvetica es la tipografía de la gente que mola. Desde entonces, relaciones sentimentales se han roto por culpa de la Comic Sans. Esto no es un dato comprobable, pero estamos completamente seguros de que es así.

9. El enfrentamiento entre la Helvetica y la Comic Sans no es sólo una cuestión de pose. Cualquier psicólogo estará de acuerdo con nosotros en que la primera es una tipografía estable y óptima para cuestiones de legibilidad, mientras que la segunda sólo transmite incomodidad y malestar en el lector. Como muestra, este botón. Sin embargo, la Comic Sans no tiene defensores, al menos no del mismo modo que los tiene la Helvetica. La gente que la utiliza lo hace porque le resulta divertida, pero no forma parte de su credo personal. En realidad, les daría igual utilizar la Comic Sans u otra parecida. Son personas sin ideales, sin un sistema de creencias firme. Son débiles.

10. Mírala. Simplemente, mírala. Está mal, a niveles profundos, instintivos, insondables. Está mal de maneras que no pueden ser expresadas con palabras, que preceden a la propia palabra. Hay una forma purísima de maldad encriptada en esta tipografía, una fealdad suprema que activa procesos sinápticos oscuros, prohibidos. Si existiese el Necronomicón, estaría escrito en Comic Sans. Ahora que sabemos que la partícula de Dios también lo está, sólo nos queda beber láudano, abrirnos las venas y obtener esa paz que llega después de arrancarnos los ojos con cucharillas.

4 comentarios:

  1. Qué feo artículo. Básicamente escribiste sobre su historia y uso, lo separaste en párrafos y los enúmeraste. Básicamente las diez razones para odiar Comic Sans es porque existe y porque tú dices.

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  2. GRACIAS POR TU OPINION, ES UN PLACER QUE NOS LEAS Y NOS CORRIJAS, SALUDOS ANONIMOS

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  3. Tranquilo, jopé, que tampoco es para tanto. En cualquier ámbito académico superior es desechada porque ahí es donde se hace molesta. Para leer dos líneas e incluso un folio, como si es Curlz -sobre todo, el horario de una piscina-.

    PD. Me encantaría observar tu caligrafía, tiene que ser increíble. ¿No?

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  4. sinceramente te lo digo, es un placer que nos corrijas, estamos abiertos a toda mejora y tu comentario nos ayuda, GRACIAS

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