viernes, 24 de junio de 2011

La Vieja Guardia


















Uno no puede sentir más que conmoción al otear el horizonte musical; mucho tiempo ha pasado desde que el Rock y el Pop (antes que se desvirtuara la palabra) dominaran el mundo. Desde que grupos de altos decibelios y distorsiones fueran increíblemente fenómenos de fans. Frótense los ojos porque la música ha dejado de serlo hace mucho, está tan manoseada, falta de espíritu, sin rumbo; y aunque siempre ha estado manejada de una forma u otra por el gran capital de ejecutivos de asiento de cuero, regodeados por el éxito como si los acordes los hubieran plasmado ellos mismos…, nunca ha estado tan desvirtuada.

Nos queda ver a payasas de mediopelo, como superestrellas del mundo cuyo interés es comprobar que nuevo estrambótico vestido luce. Niños de cara dulce que encandilan a millones de adolescentes sin tan siquiera mover la boca. Grupos formados por 5 etnias diferentes, estilos de vestir, o perfiles para alcanzar la mayor cuota de mercado posible…

En fin que la música se va reduciendo poco a poco, y el marketing, la pose, y la imagen van ganando el terreno;

Olvidan que una canción reducida a su mínima expresión solo hay un sitio por donde meterla, el oído, y es ahí cuando cerrando los ojos podemos despojar todo aquello que le es superfluo, todo lo innecesario, valdrá la pena cuando erice la piel por si misma sin ese artificio tan falsificado que produce la vista.

Vaya mi alegato a favor de la música de siempre, la que llegaba desde la onda radiada, de aquella que primero sabíamos de la melodía, conmovía el alma, llegaba al corazón y luego solo luego poníamos cara a la sublimidad del momento.

Larga vida a la vieja guardia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario