La entrada número 13 para nuestro apartado de el disco de la semana, no podría ser para otro que no fuese Jeff Buckley. Un chico desafortunado a lo largo de su vida que nos ha hecho afortunados a todos los que hemos disfrutado con su música.
Jeff Buckley murió a la corta edad de 30 años, ahogado en un rio por extrañas circunstancias y es por ello que solo le dió tiempo a grabar un disco de estudio, Grace, realizado en 1994. Aunque murió en 1997, entre giras y desacuerdos con la discográfica EMI, no llegó a grabar nada más. En el momento del suceso se encontraba en el proceso de lo que sería su segundo album, que posteriormente los miembros de la banda lanzaron con las demos grabadas hasta ese momento llamado Sketches for my sweetheart the drunk.
Grace es un disco redondo, melódicamente hablando, unas guitarras exquisitas e innovadoras que nos acercan a algo no escuchado antes, y una voz prodigiosa que ha servido de referencia a grandes vocalistas actuales como Tom Yorke (Radiohead) o Mathew Bellamy (Muse).
La crítica especializada se deshizo en elogios hacia esta ópera prima y lo calificó como la gran promesa de la música independiente americana y la versión incluida en el disco del tema de Leonard Cohen Hallelujah, se consideró como la grabación definitiva de esta maravillosa canción. Artistas de la talla de Jimmy Page, Robert Plant, Bob dylan o el mismísimo Paul McCartney, alabaron el trabajo de Buckley en Grace.
Quizás, cuando alguién me pide que le recomiende un disco, el primero que se me viene a la cabeza es este.
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