Comenzamos la primera noche con un local típicamente americano, donde las camareras van en patines, la música rocanrolea en los 50, y la decoración es un homenaje al país de la hamburguesa por excelencia; Big J’s es su nombre y posee tres locales estratégicamente situados en Barcelona.
Tras meditar su oferta me decanté por una hamburguesa tradicional que incluía a la ya sobresabida mezcla de lechugas, hamburguesa y pepinillo, un huevo frito y bacon, la más famosa del lugar…, la carne 100% buey la hacía deliciosa hecha en su punto.
Entre la carta también puedes encontrar una gran variedad de batidos y postres típicamente americanos que te transportarán a la más auténtica época “Grease”.



Para la segunda y última noche fuimos a un local mucho más íntimo y especial, en el que las hamburguesas son muy originales y poco comunes; Pepburg, muy cerca del Camp Nou, ofrece otra manera de Fast-food, demostrando que se puede comer bien cuando hablamos de hamburguesas.
Toda la carta ofrece nombres originales inspirados en su composición, además de una hamburguesa totalmente vegetal que convencería hasta los más escépticos cárnicos.
¿Mi elección?, la hamburguesa Galilei, 100% ternera, rúcula, mozzarella, tomate confitado, pepperoni y mayonesa de pesto…, una sorpresa al paladar; aunque también teníamos otras igualmente atrayentes…Elvis, Clay, Monet, Tezuka (¡¡con tempura!!)…cada una inspirada desde Francia, Estados unidos o Japón…; sin olvidar las “rarezas” de las hamburguesas de pollo (Nobel) , la de pescado (Cousteau) o la ya mencionada Vegetal; sus entrantes y postres también son igualmente una mezcla entre la imaginación y los ingredientes frescos, por lo que os recomiendo que vayais con hambre y con predisposición a compartir.



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