miércoles, 7 de noviembre de 2012

3 deseos y medio vs las bodas de mi pueblo

Me encanta este estudio de fotografía especializado en bodas y prebodas. Pero también me maravillan esas bodas a las que asiste para hacer sus reportajes. En mi pueblo las bodas son muy diferentes. Consisten en, primero, emperifollarse con las mejores galas (que a veces son también las más horteras); Luego, tras la ceremonia amenizada o, mejor dicho, martirizada por uno de los coros rocieros locales (esto quizás sea lo que peor llevo) llega la hora de comer sin conocimiento. Hablo de sentarse a las dos del mediodía y no parar de traer comida hasta las seis o siete de la tarde (la clave para soportarlo está en devolver todos los platos amediados y en beber mucho vino). Y nada de sushi o cocina creativa: jamón, gambas, un pescado y una carne; Seguidamente llega sin duda el momento más esperado: la barra libre. Si la pareja es "moderna" lleva al grupo de pop local The River (y entonces me toca trabajar). Pero la mayoría de las veces, la folclórica pareja prefiere el insoportable ruido que hace una caja de ritmo (un artefacto que emite ritmos rumberos, como lo que traía el tecladito Casio, ese que todos tuvimos de pequeños), una guitarra flamenca con una ecualización imposible y unas voces desafinadas cantando lo más "granado" del repertorio de rumbas y sevillanas del "momento". Esto acompañado de un dj que, a un volumen ensordecedor, va enlazando temas de King África con el Waka Waka y Bisbal. Y la gente bebe cantidades tremendas de alcohol. No exagero cuando digo que el que menos se toma 8 ó 10 cubatas (yo, como la mayoría, suelo tomarme como mínimo el doble de eso). Y nada de modernuras, ni cóckteles, ni nada parecido: Whisky (JB o Ballatines) con Cocacola o Ron (Barceló o Brugal) con Cocacola. Pero la verdad es que nos lo pasamos pipa, seguro que mejor que bebiendo horchata...

Bueno, a lo que vamos, os dejo estas preciosas fotografías del estudio 3 deseos y medio.


























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