viernes, 24 de junio de 2011

¿El pueblo más bonito de España?

No sabemos si Vejer de la Frontera será el pueblo más bonito de toda España, pero sin duda entra en el ranking de los más bellos.  Su fisonomía de casas blancas con tejados de tejas árabes y su enclave, situada en la cima de una montaña desde la que domina el cabo de Trafalgar y la playa del Palmar, son sus principales atractivos.

La playa del Palmar se conserva virgen aún siendo una de las más grandes de la comarca. Posee unas olas que la hacen ideal para la práctica del surf. Resulta muy interesante la subida hasta el faro de Trafalgar, situado en un extremo de la playa y en el que existe una placa que describe la  batalla que sucedió a pocas millas de él. Recordemos que este cabo da nombre a una de más famosas plazas londinenses, la cual preside el Admirante Nelson.

Paseando por sus estrechas calles, llenas de macetas, arriates y fachadas encaladas, uno siente perderse en un laberinto del que ni sabe salir ni quiere. De repente, el Fauno vejeriego te deja escapar de él para contemplar un mirador desde el que se divisa el mar y, en días claros, hasta la costa africana.
El pueblo está salpicado de rincones con un encanto especial y que guardan ese sabor romántico que Washington Irving descubrió en su ruta. Existen varias barberías decimonónicas en las que aún se utilizan bacías como la que tomó Don Quijote cual yermo.

La gastronomía es un factor que no pasa desapercibido entre el gran potencial cultural de Vejer de la Frontera, no sólo por su variedad, sino por su carácter popular y su paralelismo con la cocina andalusí. Si algo caracteriza a la cocina vejeriega es su peculariedad, altamente marcada por la producción de ricas hortalizas, verduras, frutas y legumbres de sus fértiles huertas. Todo ello sin olvidar la gastronomía estacional basada en productos silvestres como las tagarninas, alcachofas y caracoles recolectados en su término municipal. En el recetario de cocina de Vejer, también tiene cabida el rico pescado y marisco que se obtiene en sus costas bañadas por el Atlántico.

 Las plazas de Vejer con sus fuentes, invitan al paseante a sentarse a descansar, asimilar toda la belleza y refrescarse un poco antes de seguir su camino hasta la iglesia del convento de la Concepción o la torre del Mayorazgo.

En definitiva, Vejer de la Frontera es un trocito de esa Andalucia típica y tópica pero a la vez auténtica,  de la que ya nos queda poca.

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